El sexo es una actividad divertida, sana y que ofrece incontables beneficios para las personas y por esto es la actividad favorita para la mayoría. Y es que no solo permite calmar los deseos y las pasiones que cada quien lleve por dentro sino que ayuda a sentirse mejor con uno mismo en todos los sentidos. Pero esta actividad sin duda requiere de alguien que nos ayude para realizarla, un compañero que sepa como brindarnos el placer y sobre todo que disfrute al igual que uno del encuentro intimo. Esta es la parte más complicada del sexo pues indudablemente no es algo que dependa de uno mismo sino que se necesita de alguien más, y convencer a otro para que tenga la voluntad de hacerlo es lo que lo hace algo especial. Es una forma de socializar, de compartir con otra persona pero de una manera intima y es aun mejor cuando se tiene un sentimiento hacia esa persona, ya que se brindan mejores placeres y se calman de esta forma todas las exigencias y deseos de cualquiera.
El sexo es por lo tanto una actividad que únicamente se puede practicar en pareja y jamás de manera individual, y es que por definición requiere de una persona más para poder realizarse. Hay quienes piensan que ellos solos pueden brindarse todo el placer que necesitan, con masturbación, juguetes sexuales y todo tipo de implementos, pero el hombre no quiere pasarlo sólo cuando hay tantas chicas, pues al ser así automáticamente la acción pasa a tener otro nombre y por mas que se parezca al sexo en satisfacción y disfrute ya no lo es.
Esa pareja con la cual se puede tener intimidad puede ser momentánea, y es que el sexo es perfectamente funcional con alguien casual a quien si quiera se conozca, pero hay que admitir que cuando se trata de una relación con alguien especial el sexo pasa a ser mucho más entretenido, apasionado y placentero, ya que los sentimientos lo potencian hasta hacer que se disfrute mas. Esto es lo que motiva a la mayoría de las personas a formar una relación con alguien, consientes que el sexo así será mucho mejor. El sexo en pareja es una manera de conocer mejor al compañero o a la compañera y de compartir de una manera especial, uniendo sus cuerpos en un acto de intimidad que les complementa y les hace sentirse mucho mejor que si lo hicieran con un desconocido o peor aún, si se dieran placer ellos mismos.
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